..........Los primeros edulcorantes utilizados en la fabricación de refrescos en España

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No cabe duda de que el primer edulcorante utilizado en la fabricación de gaseosas y refrescos fue el azúcar, entre otras cosas, porque aparte de la miel, no se contaba en la época con muchas más sustancias capaces de transferir un sabor dulce a los alimentos. No sería hasta 1879 cuando Remsen y Fahlberg sintetizaron por primera vez la sacarina, un producto que, una vez fabricado masivamente, y dado su bajo precio y su poder edulcorante, se convirtió en algo muy apetecible para la industria de las bebidas carbónicas.

Pero en España su uso chocaba frontalmente con los intereses de las potentes agricultura e industria azucareras, abanderadas por la Sociedad General Azucarera, por lo que su uso se prohibió alegando efectos nocivos para la salud. Dentro de esos efectos, el desarrollo de la diabetes era el más citado.
Eso no significó que no se utilizara. Importado de Alemania de forma ilegal, era utilizado por muchos fabricantes que se arriesgaban a cuantiosas multas e incluso penas de cárcel por adulteración alimentaria. El uso de "azúcar puro de caña" se convirtió en un reclamo publicitario habitual de las fábricas en el primer tercio del s. XX.

El Imparcial, 18/10/1904


  Y el tema incluso se convirtió en motivo de disputa entre fábricas rivales.

Diario de Reus 25/07/1903


Estaba prohibida su tenencia, venta, circulación e importación con dos salvedades: la industria farmacéutica y la elaboración del papel de fumar dulce.

Sin embargo, al estallar la Guerra Civil, la escasez de azúcar impulsó a los fabricantes a solicitar autorización para utilizar sacarina, y es curioso como una Orden publicada en mayo de 1937, autoriza esa excepción indicando que el único efecto nocivo de la sacarina es que no proporciona los valores nutricionales que aporta el azúcar. Queda claro que los intereses nacionales van en demasiadas ocasiones por encima de la salud pública.

La excepción se mantuvo, con carácter provisional, hasta los años 50, pues la política autárquica que carecterizó el primer período de la dictadura, se reflejó en las cantidades de azúcar que había en el mercado. El uso de la sacarina se limitó a un máximo de 25 centigramos/litro, y su compra se veía complicada administrativamente con declaraciones a Hacienda, guías de circulación y solicitudes previas de consumo.





Algunos documentos oficiales requeridos en la compra de sacarina: guía y declaración de Hacienda. Colección particular.


Aunque en 1953, con un mercado normalizado en cuanto a la disposición de azúcar, intentó derogarse esta disposición que había nacido primeramente con carácter transitorio, quedó definitivamente aprobado el uso de la sacarina un año después, y fue en 1955 cuando se permitió la utilización de un nuevo edulcorante sintético, la dulcina, que se prohibió al descubrirse su toxicidad hepática, por lo que fue sustituída por el ciclamato sódico, todavía utilizado en España, pero retirado en algunos países por las sospechas que recaen sobre él como sustancia cancerígena.

Paulatinamente nuevos edulcorantes fueron admitidos hasta llegar al momento actual, en el que existe un boom de refrescos light. Hoy en día estas bebidas pueden llevar, además de la sacarina o el ciclamato: aspartamo, acesulfamo, sucralosa, neotame, advantame...., pero es una historia demasiado moderna para este blog.

Fuentes:
Hemeroteca Ministerio de Cultura
Hemeroteca Biblioteca Nacional de España
https://todosigueigual.wordpress.com/tag/edulcorantes/